Un estruendo, un silencio

Lágrimas de fuego y posesión del alma. Cantar de tu interior y habladurías varias. ¿Somos lo que somos, o un mero reflejo cortado por el flash de una cámara inservible? Y si lo somos... ¿alguien lo sabe? No quiero ser la presa del polvo, pero en verdad, me encanta serlo. Y cuando alguien llega a preguntarte: ¿Cómo estás? Ahora tu adrenalina se acelera para crear la mentira perfecta. Y porque pocos hemos llegado a saber el significado del texto. Nos ocultamos tras constantes metáforas, ¿no es así? Puede que porque nos encanta jugar al escondite, porque existe un enigma creado por ti mismo que ni siquiera tú sabes resolver. Alegorías. Imágenes idealistas. Y al ser que llevamos dentro, le encanta jugar a las adivinanzas. Las esfinges no murieron, tan sólo crearon el acertijo perfecto. No nos ocupamos en comprender, sino en exhibir. Y con símbolos superficiales, me encanta dejaros, porque chicos, copiar está mal y la satisfacción llega cuando disciernes de la oscuridad.

1º CSA